12 horas en el quinto país más pequeño de Europa

By Angelica - 29 marzo

Aunque Emil casi me convence para que escribiera sobre el roadtrip que hicimos a Suiza en el verano del 2017, decidí compartir con ustedes (y con él) mi aventura en Malta, el quinto país más pequeño de Europa y no me refiero a la Orden de Malta, que es el "único país del mundo que no tiene territorio".


Si me conoces, sabes que me gusta aprovechar el tiempo al máximo cuando viajo. Es verdad que terminas exhausto y que eventualmente adoptaremos el sabio consejo de Adri y David de volver de vacaciones en un vuelo mañanero para recuperarte durante el día o incluso un par de días antes de reincorporarte al trabajo. Mientras ese momento llega, seguiré viajando al límite.

Mi vuelo salió de Catania a las 7h15, por suerte, nuestro alojamiento estaba a escasos minutos del aeropuerto y no tuve que madrugar tanto. Recordemos de mi entrada anterior que Emil volvería a Düsseldorf y yo a Málaga. Un vuelo súper corto de apenas 40 minutos me llevó al único aeropuerto de este pequeño archipiélago, situado a tan solo 8Km de La Valeta o Valletta, la preciosa capital maltesa.

Sin leer mis notas, recuerdo que la Co-catedral me impresionó, pasé muchísimo calor, pillé el último taxi para volver al aeropuerto, había alguna vía cortada y casi pierdo el vuelo de regreso, caminé mucho para encontrar una tienda de souvenirs muy chulos que me encantó, comí deliciosa comida maltesa al mediodía y llegué reventada a Málaga casi a media noche para ir a trabajar al día siguiente.

Ahora sí. A mis notas. Venía de Italia y me sorprendió que las paradas de autobús estaban "al revés" y es que durante 150 años, Malta fue parte del Imperio Británico. Así que, el inglés es una lengua  co-oficial y aún se conservan algunas singularidades de esa época como conducir por la izquierda.

Creo que pagué 2€ por el billete de ida, se paga directamente al chófer del autobús y tardé unos 25 min en llegar a la Fuente del Tritón en La Valeta. 


Fuente del Tritón
Valletta, Capital europea de la cultura en 2018

Valletta, Capital europea de la cultura en 2018
La Concatedral de San Juan abre de 9h30 a 16h30 en días laborables, los sábados cierra a las 12h30 y los domingos y festivos permanece cerrada. Aunque no cobran por entrar a orar, si quieres hacer el recorrido con audioguía incluida, el coste de la entrada es de 10€. Merece la pena. Por cierto, ¿cuál es la diferencia entre una Catedral y una Concatedral o Co-catedral? Por lo que he leído, una Concatedral es "una iglesia con una cátedra, sin ser la sede de una diócesis". Así que entiendo que va por temas de jurisdicción obispal.


Concatedral de San Juan
La construcción del edificio fue finalizada en 1577 y pese a la sencillez y sobriedad de su fachada, aguarda en su interior una magnífica expresión artística del Alto Barroco. Cuenta con ocho capillas laterales que representan las lenguas que se hablaban en la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, también conocida como "la Orden de Malta" con una misteriosa historia que tiene su origen en Jerusalén en el año 1048 y a la que hago mención en el primer párrafo de la entrada.

Esta impresionante iglesia alberga "La decapitación de San Juan", una de las obras maestras de Caravaggio "el pintor más canalla del Barroco" quien llegó a convertirse en Caballero de la Orden tras huir a Malta después de asesinar a Ranuccio Tomassoni en 1606. "Huyo para encontrar un nuevo hogar. Que no digan que soy un criminal. Soy un hombre que busca ayuda, un artista que busca misericordia".
La decapitación de San Juan Bautista, una de las obras maestras de Caravaggio
En la catedral también se encuentra el óleo "San Jerónimo escribiendo" cargado de fuerza y simbolismo.


San Jerónimo escribiendo, Caravaggio

Tras abandonar la catedral, me dediqué a caminar por las estrechas calles adoquinadas de La Valeta, a descubrir sus rincones con encanto, me enamoré de sus fachadas de roca caliza noble y elegante, de sus grandes y llamativos balcones de madera, subí y bajé escaleras, vi cabinas telefónicas rojas al estilo londinense, llegué hasta el Fuerte de San Telmo con sus gigantescas murallas, pasé por el Siege Bell War Memorial donde cada mediodía suena la campana más grande de Malta para recordar a los héroes que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial, también exploré el Lower Barrakka Gardens con sus vistas hacia el Mar Mediterráneo, aunque me perdí el paseo en ascensor vi a lo lejos el Upper Barrakka Gardens, atravesé el Victoria Gate y finalmente tomé un ferry de unos 15 min desde La Valeta hasta el puerto de Sliema, una pequeña ciudad muy turística cuyo nombre significa "refugio pacífico".


The Royal Opera House, Valletta


La Valeta, capital europea de la cultura en 2018

Callejas de Valletta

Callejas de La Valeta

Muralla en La Valeta

Vistas de Kalkara desde La Valeta

Siege Bell War Memorial, Valletta

Lower Barrakka Gardens, Valletta

Más vistas de Kalkara desde La Valeta

Lower Barrakka Gardens, Valletta

Al fondo los Upper Barrakka Gardens

Vistas de las tres ciudades desde La Valeta

Fachadas de La Valeta

Fachadas y puentes en La Valeta

Victoria Gate, La Valletta

Típica cabina telefónica, herencia del Imperio Británico

Callejas de Valletta

Callejas de Valletta

Interesante dato sobre los dos relojes con horas distintas para confundir al demonio

Al fondo, la cúpula de la Iglesia de las Carmelitas en Valletta

Mattia Preti, artista italiano y Caballero de la Orden que decoró el interior de la Concatedral

Más vistas desde La Valeta

Fachadas maltesas

Multa de 232,90€ a quien fume en este parque infantil. Haría falta implementar algo así en España

Fachadas maltesas

Callejas maltesas
Vistas de Ricasoli East Breakwater

Al fondo el Siege Bell Wall Memorial, Valletta
Iglesia de San Nicolás, La Valeta

Esquinas con encanto, La Valeta

Callejas de Valletta
Vistas de La Valeta desde Sliema

Una vez en Sliema, caminé hasta Ta'Kris un restaurancito muy acogedor y casero especializado en cocina maltesa. Pedí el estofado de conejo mejor conocido como "Stuffat tal-Fenek" y me tomé una copita de vino local. Recuerdo que la atención fue muy cercana. 


Sliema

¿La hora del té?, Sliema

Vistas desde el Paseo Marítimo The Ferries, Sliema

Vistas desde el Paseo Marítimo The Ferries, Sliema


Vistas de La Valeta desde Sliema


Estofado de conejo en Ta'Kris, Sliema

Para bajar la comida, me di un paseo de unos 15 min hasta una original tienda que había descubierto en la revista del avión "Souvenirs that don't suck". Compré un par de camisetas 100% algodón orgánico de recuerdo para Davicito y Emil y tomé el ferry de regreso a La Valleta.

Pintorescas calles de Sliema

Fachadas maltesas, Sliema


Calles con encanto en Sliema

Aunque mi plan era más ambicioso, solo me dio tiempo de tomar un autobús hasta la ciudad medieval de Mdina también conocida como "La ciudad del silencio" y ahora que lo leo, la recuerdo así. Me perdí en el laberinto de sus calles serenas donde se han rodado grandes producciones como "Juego de Tronos" y me comí un trozo de tarta de chocolate en La Fontanella con sus bonitas vistas. 



Murallas de Mdina

Murallas de Mdina

Puerta de entrada a Mdina, escena en Juego de Tronos

Puerta de Mdina

Esquinas con encanto en Mdina

Catedral de San Pablo y sus dos relojes en Mdina


Callejas de Mdina


Callejas silenciosas en Mdina

El tremendo trozo de tarta de chocolate que me comí en La Fontanella, Mdina
La verdad es que perdí mucho tiempo esperando una mesa con vistas en La Fontanella. Ya con cierta prisa, caminé hasta la puerta de entrada a Mdina y vi en cámara lenta como una pareja casi se lleva el último taxi de la parada. Afortunadamente pude tomarlo yo y aunque el trayecto (según Google Maps) es de unos 20 min en coche, entre el tráfico del lunes y alguna carretera cortada por obras, iba muy justa de tiempo.


Vistas desde La Fontanella

Vistas desde La Fontanella
Mdina

Esperando el taxi en Mdina

La buena noticia es que pude coger mi vuelo sin problema y en unas tres horitas ya estaba en Málaga. Ufff, largo día.

De cualquier modo, Malta tiene mucho más que ofrecer. Emil ya me ha reclamado que debemos volver juntos para fotografiar las típicas barcas de colores en el puerto de Marsaxlokk, sumergirnos en las idílicas playas turquesa en Isla Comino, callejear en "las tres ciudades", visitar la milagrosa Iglesia de Mosta, explorar su gastronomía y descubrir los enigmas que ofrece esta preciosa isla con su impresionante luz mediterránea, templos megalíticos y tesoros sumergidos.

¡Hasta la próxima!

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