Una ruta de 19 días por (algunos de) los mejores destinos de Italia - Parte 2/2

By Angelica - 22 marzo

"Siete meses han pasado desde que escribí la parte 1 de este viaje fascinante a Italia.  Y aunque tengo muchas ganas de contarles sobre Japón... es necesario terminar lo que se empieza.

Aquí vamos.


Una pincelada de La Toscana.


¿Cómo resumir +800 fotos en un par de párrafos?"



Tenía esas líneas en un borrador que comencé a escribir en marzo del 2019 sobre nuestro fascinante viaje a Italia en el verano del 2018. Y es que en verano del 2019 también fuimos a Italia, en mi cumpleaños de este año el plan era ir a Nápoles y a Matera y aún tenemos billetes para ir a Cerdeña este verano. Nos encanta Italia, tenemos amigos italianos, familia que vive en Italia y nos resulta muy triste ver lo que vive Italia en estos momentos. Solo podemos ser optimistas, mantener la fe, valorar cada día y disfrutar de esos recuerdos maravillosos, porque estoy segura de que cuando todo esto pase, seremos mejores personas.




¿Nos alegramos un poco y recordamos juntos aquel verano en Italia? Ahora sí. Aquí vamos:



Enamorados de la idílica Toscana.



Iniciamos nuestro recorrido en Lucca, la preciosa ciudad medieval amurallada de las "100 torres y las 100 iglesias", donde nació en el año 1858 el gran compositor de ópera Puccini.


Lucca


Lucca
Subimos a dos de sus torres: el Campanile di San Martino en la Catedral y la curiosa Torre Guinigi con sus encinas centenarias, un pequeño refugio de paz tras subir sus 231 escalones.



Un refugio de paz

Lucca


Lucca


Lucca
De allí nos fuimos a Pisa, la ciudad nos pareció un poco caótica, han pasado casi dos años y aún recuerdo las monedas de plástico para pagar el parking, la gente por todas partes y la odisea para tomarte la foto empujando la Torre. Situada en la Piazza dei Miracoli, con una inclinación de entre 3,97 y 5 grados (dependiendo de la fuente que consultes), es un campanario "independiente" y forma parte de la Catedral. ¿A qué se debe su agónica inclinación? Por lo que he leído, debido a la consistencia del suelo. 


Caos y mucho calor en Pisa


Catedral de Pisa


¿Lo intentamos?


Torre de Pisa


Cogimos coche a Florencia. Nuestra casera del Airbnb nos esperaba a una hora concreta para entregarnos las llaves y recorrimos unos 250 Km desde nuestro hotelito en Paraggi hasta Lucca, de Lucca a Pisa y finalmente a Florencia.




Aluciné con Florencia. Recuerdo que Emil solo compró con anticipación las entradas para "el Duomo" (Catedral de Santa María del Fiore), una de las joyas más bellas del Renacimiento italiano. No planificamos el resto de las actividades culturales y todo nos salió bien. Fue cuestión de suerte y si tienes intenciones de visitar Florencia, te recomiendo que compres todas las entradas en línea a través de los portales oficiales. Citando a mi querido Gianni de RomAntic Dreams B&B en Roma, es muy fácil caer en las trampas de las páginas "caza turistas", así que mejor asegurarse y comprar en la web oficial.


Campanile de Santa María del Fiore


Piazza del Duomo


Florencia


Vistas desde la Cúpula de Santa María del Fiore


Vista de la Cúpula de Santa María del Fiore desde el Campanario


La primera noche, cenamos en Adagio. Emil había leído muy buenos comentarios sobre este sitio, nos pareció familiar y cercano. Probamos la famosa "bistecca alla fiorentina", de corte grueso y poco cocido (típico chuletón que hace muuu cuando lo pinchas), cuyo origen se remonta a la celebración de San Lorenzo auspiciada por los Medici en el siglo XIV. También pedimos de entrante el "melanzane alla parmigiana", que estuvo un poco salado. Les dimos feedback y nos descontaron 2€ en la cuenta. No me lo esperaba.



Bistecca alla fiorentina en Adagio


Melanzane alla parmigiana en Adagio


26 de julio. ¡Ojú qué caló! Comenzamos el día con nuestra visita a la Catedral y al Campanile. Impresionante. De allí nos fuimos a la Galleria Uffizzi, la pinacoteca más visitada de Italia. Hicimos una cola razonable y conseguimos entradas. ¡Nuestro día de suerte! Admiramos grandes obras de Boticelli como "El Nacimiento de Venus" y "La Primavera", "La Cabeza de Medusa" de Caravaggio, el "Díptico del duque de Urbino" de Piero della Francesca, entre otras. Finalizamos la visita con las vistas al Ponte Vecchio desde la cafetería y decidimos irnos para aprovechar al máximo el día.



El Nacimiento de Venus, Galleria Uffizzi
Díptico del Duque de Urbino, Galleria Uffizzi


Ponte Vecchio desde la Galleria Uffizzi


Callejeando por el centro y con ganas de comer, nos encontramos con Trattoria Anita, un sitio entrañable y muy familiar. La comida súper casera, sin pretensiones, a muy buen precio y la atención insuperable. Sin duda, nuestro día de suerte. 



Menú del día en Trattoria Anita

Menú del día en Trattoria Anita

Tiramisú en Trattoria Anita


Palazzo Vecchio
Comida venezolana en Florencia


De allí nos fuimos a la Galleria Dell'Accademia, nuevamente, cola de rigor, tickets en mano y allí estaba él. El David, una de las esculturas más famosas del mundo, esculpida en un enorme bloque de mármol blanco por Miguel Ángel entre los años 1501 y 1504 tras los intentos fallidos de Agostino di Duccio y Antonio Rossellino en 1460. Este gigante de más de cinco metros de altura fue concebido en secretismo por Miguel Ángel para representar ese instante previo a su enfrentamiento con Goliat. La obra es alucinante.



El David de Miguel Ángel, Galleria Dell'Accademia


El "Gigante" en Galleria Dell'Accademia


Continuamos nuestra andadura, pasamos por el mercado central y más tarde, hicimos una parada en la Divina Terrazza para tomarnos un par de Bellinis. Veníamos "picaos" de Venecia y de pronto el Bellini se había vuelto nuestro cóctel favorito. Caros no, lo siguiente. Pero los tragos estaban buenísimos y las vistas al Duomo eran fantásticas.



Florencia


Mercato Centrale
Bellinis en Divina Terraza (aunque Emil criticó la vista por los extractores)


Atardecer en Florencia desde un mirador, creo que fuimos justo antes de cenar


Una de las réplicas de El David


Río Arno, Florencia


Tras disfrutar de nuestro exquisito aperitivo, nos llegamos a Il Vivandiereuna cantina vinícola recomendada por Giovanna. W-o-w. ¡Fantástica experiencia! Llegamos antes de la hora de la reserva y nos recibieron súper amables. La atención fue muy esmerada, comimos delicioso y volvimos más que contentos a nuestro Airbnb. Además, Emil había reservado con El Tenedor y la cuenta salió baratísima. La pasamos genial.


Cena en Il Vivandiere

Cena en Il Vivandiere

Cena en Il Vivandiere

Cantuccini y vin Santo en Il Vivandiere


La mañana siguiente emprendimos nuestra aventura hacia nuestro próximo destino: San Gimignano, uno de los pueblos más bonitos de la campiña toscana. Recordemos que todo empezó porque Emil compró billetes para el concierto de Andrea Bocelli en el Teatro del Silenzio en Lajatico. Así que, a partir de allí, Emil diseñó este fascinante itinerario que ya casi llegaba a su clímax.

Dejamos nuestro equipaje en el acogedor Agriturismo Il Casolare di Bucciano y seguimos adentrándonos en el corazón de La Toscana. Primera parada: Siena. 


La Toscana


La Toscana
Preciosa Toscana

La Toscana


La Toscana


La Toscana


La Toscana


La Toscana


Para comenzar la ruta con energía, nos detuvimos en un pequeño abasto y compartimos un panino y una panzanella, una deliciosa ensalada típica de La Toscana bien fresquita para el verano.  Emil había comprado tickets para el tour "Porta del Cielo" que incluía un recorrido guiado de 30 min por la terraza de la cúpula de la Catedral de Siena, visita por libre a la Catedral, Museo de la Ópera, cripta, Baptisterio y oratorio. Nos perdimos en algunas callejas y nos comimos un gelato en la Vecchia Latteria. Cogimos coche y continuamos nuestro recorrido. 


Los faroles de Siena


Una pausa en Siena
Panzanella

Panino


Catedral de Siena


Catedral de Siena


Catedral de Siena


Vistas desde la Catedral de Siena

Catedral de Siena


Catedral de Siena


Catedral de Siena
Gelato en Vecchia Latteria, Siena

Visitamos Montalcino, pasamos por San Quirico D’Orcia, Bagno Vignoni y también nos detuvimos en Pienza. Hay muchas rutas por La Toscana y es un destino al que volvería para descubrir sus pueblos, perdernos entre cipreses, vides centenarias, olivos, laderas de colores, aromas y sabores. Nos quedamos con ganas de ver Montepulciano, Asciano, Taverne D’arbia, Castello di Brolio y Monteriggioni.


¿La Calle del Amor?

¿Qué le dijo la mona al mono?


Esa noche disfrutamos de una deliciosa cena de Km0 en nuestro agriturismo. La atención súper cercana y la comida muy, muy rica. 


Cena en el Agriturismo

De su propia cosecha

Cena en el Agriturismo

Cena en el Agriturismo

Cena en el Agriturismo


A la mañana siguiente, cogimos coche para visitar San Gimignano con sus impresionante torres medievales, vistas panorámicas y tejados rojos. Subimos a la Torre Grossa, la más alta de las que en algún momento fueron 72 torres (de las cuales solo quedan 15), también visitamos el Palazzo Comunale o Palazzo del Popolo y nos comimos un gelato en la famosa Gelateria Dondoli, reconocida por sus premios y sabores únicos.

Vistas desde Torre Grossa, San Gimignano


Vistas desde Torre Grossa, San Gimignano
San Gimignano

Cotillando a los vecinos


Palazzo del Popolo


San Gimignano
Gelato en Dondoli, San Gimignano


De allí nos fuimos a Certaldo buscando girasoles por recomendación de Pietro (nuestro simpático host en el agriturismo). Típica foto de expectativa vs. realidad. Imaginábamos idílicos campos repletos de girasoles en su esplendor y para nuestra sorpresa, todos los que vimos, parecían quemados por el sol. A pesar de todo, Emil se destacó y tomó un par de buenas fotos.


¿Qué pasó con los girasoles de postal?


Persiguiendo girasoles en Certaldo


Sin tener claro a dónde ir, llegamos al Agriturismo Il vecchio maneggio y disfrutamos de un generoso almuerzo en medio de la naturaleza. 



Rica comida casera en Agriturismo Il vecchio maneggio

Rica comida casera en Agriturismo Il vecchio maneggio

Rica comida casera en Agriturismo Il vecchio maneggio

Cantuccini y vin Santo en Agriturismo Il vecchio maneggio
Volvimos a Il Casolare di Bucciano, descansamos un rato y nos preparamos para ver al maestro Andrea Bocelli a cielo abierto. 


Vista de San Gimignano desde el Agriturismo


Relax en el Agriturismo
Aunque mi expectativa era escuchar en vivo canciones como "Con te partirò", nos emocionamos con la dramática historia de amor entre el poeta Andrea Chénier y la aristócrata Maddalena de Coigny en los tiempos turbulentos de la Revolución francesa. Sí, ópera y en italiano. ¿Se puede pedir una experiencia más auténtica?
Teatro del Silenzio, Lajatico

Andrea Bocelli interpretando a Andrea Chènier


¡Bravo Andrea!

29 de julio. Después de nuestro rico desayuno en Il Casolare di Bucciano, volveríamos en coche a Florencia para tomar un tren a Nápoles.



Desayuno en Agriturismo


Campania: Azul profundo en Capri y amor a primera vista en la Costa Amalfitana.

Llegamos a la estación de trenes en Nápoles, cogimos un taxi hasta el aeropuerto para recoger el coche que habíamos alquilado en Hertz. Nuestra taxista era una chica muy extrovertida conduciendo un coche antiguo, creo que era un Malibú. Eso sí, con reguetón a todo volumen. ¡Bienvenidos al Sur!


Esa noche dormiríamos en Casa Sorrentina, en pleno centro histórico de Sorrento. Muy cómoda, limpia y súper bien ubicada. Teníamos reserva para cenar con vistas al Vesubio en Bagni Delfino. Comimos rico y lo que más me gustó fue la exquisita atención que nos brindaron. Además, nos obsequiaron tanto a Emil como a mí, una medallita plateada de la Virgen. ¡Qué bonito detalle! Desde entonces, la llevo conmigo.

Preciosas vistas del Vesubio en Sorrento

Preciosas vistas del Vesubio en Sorrento

Procesión, eran las fiestas de Sorrento
Cena en Bagni Delfino, el Vesubio de fondo

Cena en Bagni Delfino
Cena en Bagni Delfino

Cena en Bagni Delfino

Sorrento cuando cae la noche

Sorrento
Tras desayunar en nuestra habitación, dejamos el coche aparcado en Sorrento y cogimos ferry a Capri. Al llegar, nos llamaron la atención sus peculiares taxis. Fuimos a nuestro alojamiento para dejar las cosas, Villa Pergola, una casa preciosa, luminosa y con vistas al mar. A tan solo 5 min andando de Marina Piccola.

Desayuno en Casa Sorrentina, Sorrento
Capri


Taxis en Capri

Taxi en Capri


Villa Pergola, Capri

Villa Pergola, Capri

Villa Pergola, Capri

Desayuno en Villa Pergola, Capri


Echamos el día en la playa, Giovanna nos ayudó a reservar por teléfono (no respondían los emails) un par de hamacas en Da Gioia. La pasamos fenomenal. Casualmente conocimos a un par de venezolanos muy agradables que viven en Bogotá, Joy y Lorenzo. Para nuestra sorpresa (y la de ellos), nueve meses después de su viaje, llegó la bonita baby Arya. Aún nos seguimos por Instagram.



Marina Piccola, quizás mi lugar favorito del viaje. Capri, ¡qué ganas de estar allí!


Par de birras en Da Gioia


Gelato de limón en Sorrento, ¿creo?


Esa tarde paseamos por el centro histórico de Capri y cenamos en La Zagara, enclavado en un patio de limoneros. La comida estuvo correcta pero no nos impresionó y recuerdo que la atención no fue tan buena. Al menos disfrutamos de un entorno bonito y diferente.



Gelatos en algún lugar de la Costa Amalfitana, quizás en el centro histórico de Capri


Cena en La Zagara, Anacapri

Cena en La Zagara, Anacapri

Cena en La Zagara, Anacapri
Centro histórico de Capri o Anacapri, ya no recuerdo


31 de julio, 9h00. Listos para navegar por el azul profundo del Mar Tirreno en un típico gozzo sorrentino. Habíamos reservado un exclusivo paseo de cuatro horas solo para Emil y para mí con la gente de Gianni's Boat. Una pasada. La primera parada fue la Grotta Azzurra. Una vez allí, tuvimos que apuntarnos en una larga lista de espera para tomar una pequeña embarcación con un marinero de toda la vida, tumbarnos, pasar por debajo de una cadena y voilà, entrar en la Catedral Azul. Creo que dimos tan solo un par de vueltas adentro, es realmente azul.
Esperando para entrar en la Grotta Azzurra

Esperando para entrar en la Grotta Azzurra

Catedral Azul

Catedral Azul

Podría acostumbrarme a esta buena vida

Más turista imposible jeje


De allí seguimos nuestro tour para contemplar los Faraglioni di Capri, esas tres magníficas y místicas rocas de la postal típica. Aunque no escuchamos los cantos de las sirenas, entramos en alguna cueva más, nos echamos un baño y volvimos al punto de partida. Una vez en Capri, ferry a Sorrento y coche a nuestra próxima parada: Positano.


Faraglioni de Capri a lo lejos


Faraglioni de Capri
Mar Tirreno

Azul profundo en Capri

Gozzo sorrentino

Baño en el Mar Tirreno


Pasaríamos dos noches en Palazzo Talamo, un hotel familiar, muy sencillo con unas vistas alucinantes. Caro, sí. Pero definitivamente, la mejor relación calidad-precio en Positano (según las investigaciones de Emil). Nos dimos un paseo por "el pueblo de las escaleras" y nos enamoramos a primera vista de su panorámica con la cúpula de La Chiesa di Santa Maria Assunta cubierta de azulejos, descubrimos el brioche con helado y el sorbete de limón. 



Las vistas desde nuestra habitación en Positano


¿Limones para Limoncello?

Cuando descubrimos el brioche con gelato
Sorbete de limón
Amor a primera vista: Positano

Positano

Positano

Pues sí, todas hamacas se petan cada día en verano

Positano

Me gustó encontrar esta imagen del Papa Juan Pablo II en Positano. Bendice Italia
Habíamos reservado para cenar en Da Vincenzo y aunque teníamos muy altas expectativas, nos pareció caro y normal. Quizás no escogimos bien nuestros platos esa noche.

Cena en Da Vincenzo, Positano
Cena en Da Vincenzo, Positano

Cena en Da Vincenzo, Positano
Cena en Da Vincenzo, Positano

Tiramisú en Da Vincenzo, Positano


Comenzamos agosto en la playa. Emil reservó (insisto, en verano hay que reservar todo con mucha anticipación en Italia) en el Lido L’Incanto un par de hamacas en primera línea de playa. Llegamos temprano y disfrutamos de la tranquilidad antes de que comenzara a llegar más y más gente. Un par de horas más tarde, decidimos tomar un ferry a Amalfi, visitamos su catedral, callejeamos, nos comimos un cucurucho de mariscos y un par de postres en la mítica Pasticceria Pansa. 

Primer día de playa en Positano

Positano


Positano
Amalfi


Cucurucho de mariscos en Amalfi

Tartaleta en Amalfi


Babà en Amalfi


Al caer la tarde, recorrimos en coche la escarpada carretera amalfitana para disfrutar del concierto de Bill Frissell & Petra Haden en el festival de Ravello. El enclave no podía ser más bonito: el jardín con vistas al Mediterráneo de Villa Rufolo. El concierto fue excepcional, lo disfrutamos mucho. Pero antes, cenamos en la terraza de la Pizzería Mimi. Comimos súper rico y recuerdo que maridamos con un vino de gran complejidad y elegancia, caracterizado por un profundo perfil olfativo y persistencia, obtenido de uvas de Tramonti. Exquisito.


Ravello


Cena en Mimi, Ravello

Cena en Mimi, Ravello

Cena en Mimi, Ravello

Cena en Mimi, Ravello
Cena en Mimi, Ravello

Concierto de Bill Frisell en Villa Rufolo, Ravello


Llegamos bien a nuestro hotel y en palabras de Emil, conductor experto, la carretera que nos habían vendido como peligrosa, de curvas cerradas y según Traveler "endiablada" no era nada comparada con la de Choroní.

A la mañana siguiente, hicimos check-out y volvimos a Ravello. Sí, teníamos que verlo de día. Visitamos los jardínes encantados de Villa Cimbrone y atesoramos para siempre las mejores vistas de la Costa Amalfitana. Cogimos coche de vuelta a Nápoles para despedirnos de Campania. 


Desayuno normalito en Palazzo Talamo


Ravello, ¿todos los caminos llevan al centro?
Vistas de la Costa Amalfitana

Villa Cimbrone

Villa Cimbrone

Villa Cimbrone

Villa Cimbrone
El maestro Abreu en el Festival de Ravello de 2012. ¡Arriba mi tricolor!

Ravello
Nuestra experiencia en Nápoles fue peculiar. Íbamos un poco paranoicos por los consejos de nuestros amigos italianos, "mejor no confiar en la gente", "Nápoles es peligroso", "ojo con Secondigliano y Scampia". En fin, sabemos que hay de todo pero quizás no era para tanto, ¿no? La idea era comernos una pizza en la mítica pizzería Da Michele, nacida en 1870 en Napolés (aunque en la actualidad se ha internacionalizado), conducir al aeropuerto y tomar nuestro vuelo a Catania para finalizar nuestras vacaciones en Sicilia.

Pasamos frente a la pizzería y como no aceptan reservas, la cola para conseguir mesa era kilométrica. Después de dar varias vueltas y como teníamos nuestro equipaje en el coche, no quisimos aparcar en ninguno de los parkings que vimos ya que nos pedían dejar las llaves. Así que se nos ocurrió una idea brillante. Aparcamos en una calle céntrica relativamente cerca de Da Michele, Emil cuidaba el coche y yo iba caminando a la pizzería, compraba dos pizzas para llevar, comíamos en el coche y salíamos al aeropuerto. Parece fácil, ¿no?


La realidad es que llegar a la pizzería fue muy sencillo. La cola para pedir para llevar era relativamente corta, pedí mis dos pizzas Margherita con extra de mozzarella di bufala Campana (que resultaron ser tamaño familiar) y dos botellas de agua (léase botellas de vidrio de 1,5L c/u) y lo que parecía ser una tarea fácil resultó ser una experiencia dantesca. 


Pizzería Da Michele, la única foto que tomé ese día en Nápoles mientras esperaba


Las pizzas recién salidas del horno de leña me quemaban los antebrazos, tuve que dejar las botellas de agua después de pagarlas porque no podía con el peso (en mi imaginación serían dos botellas de plástico tamaño "normal"), perdí la orientación, crucé donde no debía, di no sé cuántas vueltas, Emil preocupado porque yo no aparecía llamándome al móvil (y yo sin poder contestar), tampoco podía ver Google Maps con las dos cajas de pizza en brazos, calor, humedad. Es que recuerdo el momento y me genera ansiedad. ¿La parte positiva? 1) Las pizzas fueron súper baratas y 2) me adentré en algunas callejuelas del centro histórico que quizás no hubiese visto si no me hubiese perdido. Finalmente, no sé cómo llegué al sitio donde Emil había aparcado. Emil molesto, yo molesta, las pizzas frías. Cada uno se comió su parte en silencio. 

Conducimos hasta el aeropuerto, caos en Hertz, entregamos el coche y volamos a Catania. Pensamos que el mal sabor de boca acabaría allí, pero la realidad es que meses después, nos llegó una generosa multa por haber transitado calles prohibidas en Nápoles. Impensable.


Como amamos Italia, igual volveremos. Además, visitamos Da Michele en Barcelona cuando viajamos desde Málaga para encontrarnos con Jiménez, Gaby y el goldito Santy. Definitivamente las pizzas napolitanas son las mejores del mundo.


Da Michele en Barcelona
 ¿Cerramos el capítulo de Nápoles, por favor?


Sicilia. Tres días para descubrir una partecita de la isla más grande del Mediterráneo.


Aterrizamos en Catania y cogimos coche a Siracusa. Dormiríamos en Spigole House, el B&B de un amigo del hermano de Denise. Fue probablemente el alojamiento más económico de todo el viaje, un piso renovado y acogedor en un edificio antiguo con fácil aparcamiento a unos 20 min de Ortigia caminando.


Ya nos habían advertido que mientras más al Sur, mejor se comía. Y así fue. En Sicilia comimos divino. Además, teníamos un itinerario perfecto. Denise nos dio todos los tips para sacar el máximo provecho de nuestros días en Siracusa.

Lo primero que hicimos fue explorar la joya de Sicilia, la preciosa isla de Ortigia. Visitamos la impresionante Catedral de Siracusa con su imponente portada que denota la belleza del Barroco y que atesora en su interior lo que en el siglo V a.C. fue un templo griego dedicado a Atenea. 

Catedral de Siracusa, antiguo templo griego

Piazza del Duomo, Siracusa

Interior de la Catedral de Siracusa

Interior de la Catedral de Siracusa

Fachadas de Ortigia

Calles de Ortigia

Calles de Ortigia

Fuente de Artemis

Arte y tiendas chulas en Ortigia
Más tarde hicimos una excursión de una hora y media en barco con el capitán Carmelo y un grupo muy divertido por las grutas, vimos el castillo a lo lejos y hasta nos echamos un baño en las aguas cristalinas de la isla. 


Descubriendo Siracusa

Las grutas y el mar esmeralda

Las grutas y el mar esmeralda

Gruta en forma de corazón, ¡romántico!

Dentro de una gruta, ¡qué bonitos colores!


A lo lejos el Castillo


Volvimos a Ortigia, caminamos por el Tempio di Apollo, vimos mercadillos y comenzamos a rajatabla la guía gastronómica de Denise: Nos tomamos un par de granitas en Caffè Apollo, caminamos hasta Midolo para probar los mejores arancini de la isla y nos comimos un cannolo siciliano con ricotta y pistacchio en la Pasticceria Artale



Templo di Apollo

Templo di Apollo

El matemático Arquímedes nació en Siracusa en el año 288 a.C.

Mercado a cielo abierto en Ortigia

Pistaacchio siciliano

Granitas en Caffè Apollo
Arancini en Midolo, buenísimos

Arancini en Midolo
Cannolo en Artale, buenísimo aunque calórico. El único que nos comimos en el viaje


Después cogimos coche, visitamos el área protegida de Plemmirio (aunque no pudimos bañarnos) y echamos el resto de la tarde en la bonita playa Arenella. Evocamos recuerdos de nuestra Isla de Margarita. Esa noche reservamos para cenar en DiVino Mare, otra de las recomendaciones de Denise.


Plemmirio


Playa Arenella, Siracusa

Cena en DiVino Mare

Cena en DiVino Mare

Cena en DiVino Mare

Cena en DiVino Mare
Aprovechamos la mañana siguiente en la preciosa playa de aguas cristalinas Fontane Bianche, por la tarde visitamos el Parque Arqueológico de Neápolis con su teatro griego y anfiteatro romano, entramos en la oreja de Dionisio, nos comimos un par de brioches con gelato en Voglia Matta y cenamos delicioso en Sicilia in Tavola, quizás la mejor comida de todo el viaje. ¡Qué buen día!


Fontane Bianche


Neápolis

La fascinante "Oreja de Dionisio"

El nombre "Denise" viene de Dionisio
Realmente, ¿estará encantada?

Grotta dei Cordari


Teatro Griego en La Neápolis, Siracusa

Teatro Griego en La Neápolis, Siracusa

Teatro Griego en La Neápolis, Siracusa


Los mejores brioches con gelato en Sicilia, Voglia Matta
Ceviche, pancito con aceite de oliva al limón en Sicilia in Tavola

La mejor cena del viaje en Sicilia in Tavola
La mejor cena del viaje en Sicilia in Tavola

Raviolis con pesto de pistacho
Crostata di limone y tiramisú de pistacchio, ¡yummy!


5 de agosto. Casi se termina nuestra aventura en Sicilia. Hicimos check-out en Siracusa y seguimos la ruta del Etna, uno de los volcanes más activos del mundo. Paramos en Catania para recoger las llaves en el modesto Aeroporto Bellini Rooms donde dormiríamos en nuestra última noche en Sicilia para luego ir a la turística ciudad de Taormina con su teatro greco-romano con una magnífica vista al mar, sus "piñas", plantas exuberantes y Cabezas de Moro que evocan trágicas leyendas



La turística ciudad de Taormina

Taormina

Taormina

Teatro greco-romano en Taormina


Taormina

Taormina

Cabezas de Moro

Taormina

Taormina


Nos tomamos un par de granitas en BamBar, comimos un almuerzo bajo perfil y, finalmente, echamos el resto de la tarde en Isola bella, la "perla del Mar Jónico".

Granitas en Bam Bar, Taormina

Almuerzo normalito en algún restaurante en Taormina

Almuerzo normalito en algún restaurante en Taormina
Isola Bella, Taormina

Isola Bella, Taormina
Isola bella, Taormina

Isola bella, Taormina

De regreso y antes de volver al hotel, paramos en el centro histórico de Catania y nos comimos un par de arancini y granitas en Pasticceria Savia.


La ruta del Etna


Arancini, tartaletas y granitas en Pasticceria Savia, Catania
Pasamos algún susto buscando donde repostar y nos fuimos a dormir.


A mí me tocaba madrugar para volar a Malta, hacer una escala laaaarga (que yo misma planifiqué) y finalmente aterrizar en Málaga casi a media noche. Y Emil volvería unas horas más tarde a Düsseldorf​.


Wow. Dos días completos dedicados al blog. Sí que me inspiré. Así es Italia, fascinante, bella, bellísima. Pronto volveremos, reiremos, nos abrazaremos y disfrutaremos de su gente maravillosa, de sus tradiciones, de su cultura inagotable y de su exquisita gastronomía. Ánimo Italia. Todo estará bien.

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3 comentarios

  1. Italia.. Italia... La bella Italia.. Me dió hambre

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