La propuesta de La Casa Bistró y una tarde de #PoncheCocteles

By Angelica - 19 julio

Un día cualquiera de Julio, estaba revisando mi cuenta de Instagram y decidí participar en un concurso que acababa de publicar La Licoteca.  Fui la primera persona en responder. El premio era un cupo en un taller de preparación de #PoncheCocteles, es decir, cócteles a base de Ponche Crema.

A los pocos minutos me enviaron un mensaje directo para confirmar mi participación en el curso el sábado en la tarde. Ya había cuadrado un almuerzo con Tino en La Casa Bistró, así que el plan era degustar una rica comida "hecha en casa" y luego aprender a preparar cócteles.

Llegamos a La Casa a las 12 y a esa hora aún sirven desayuno. La filosofía es combinar sus diferentes cazuelas (mojito trujillano, carne mechada, cazón, cochino frito, huevos, quesos, aguacate, mermeladas y mucho más) con pancitos horneados en casa, arepas de maíz pilao y panquecas. La cazuela más barata cuesta 300 Bs (caraotas) y la más cara 620 Bs (tres unidades de chorizo). También tienen empanadas de maíz pilao "hasta agotarse su existencia" y mientras en el Mercado de Conejeros en Margarita una empanada normalita cuesta 50 Bs, en La Casa cuestan 95 Bs. Tendría que comparar el tamaño y la proporción de sus rellenos.

Aunque la chica que nos atendió nos comentó que constantemente varían la carta, en esta oportunidad nos ofrecieron siete opciones de entradas que incluían ensaladas de su huerto, chupe de gallina criolla, tequeños, charcutería artesanal y el coliflor rostizado, muy recomendado por la anfitriona.  De principal, tenían diez opciones diferentes. Sólo el Fish & Chips como única opción de mar, el resto a base de carne de res y pollo. Yo pedí un Asado negro que venía servido en tres porciones con una pincelada de puré de plátano y un caldero de arroz jazmín como guarnición. Tino pidió un Lomito encebollado a la parrilla con papas quebradas. A pesar de que no pedimos entradas, quedamos satisfechos.

Lomito encebollado

Asado negro

De tomar, yo pedí un papelón con limón y Tino una limonada con yerbabuena.  Luego de comer y para acompañar el espresso de Tino, pregunté por la carta de postres. Era súper variada y todos se escuchaban apetitosos. Pedimos una torta de queso criolla para mi colección que vino servida con un coulis de guayaba con trocitos de fruta. Me pareció muy original la presentación y estuvo buenísima.  El dato curioso es que Tino me comentó que en El Salvador tienen un postre tradicional con un sabor muy similar llamado "quesadilla".


Torta de queso criolla

¿Qué mejoraría? Tal vez colocaría un ventilador de techo en la terraza, había muchísimo calor y unas cuantas moscas. Aunque el ambiente en el salón se veía súper agradable y fresco. Quizás me esmeraría en pulir el piso de la terraza, ya que parecía un poco sucio. ¿La cuenta? Casi cinco mil Bs (Julio 2015) por un almuerzo para dos sin entradas, dos bebidas, un postre y un café.  A manera comparativa, había pagado menos de la mitad esa misma semana en Yantares por un chupe de camarones, dos almuerzos bien resueltos, un papelón con limón, un jugo natural y un pie de limón generoso para compartir.  Aunque se que el concepto de ambos sitios es diferente, prefiero pagar menos por una rica comida creativa, saludable y de igual calidad.

Con la barriga llena y el corazón contento, me fui a La Licoteca con muchísimas expectativas sobre el taller.  Para mi, el Ponche Crema era sinónimo de Navidad y resultó ser más que eso.  La logística estuvo excelente, el grupo de participantes súper diverso y hasta nos dieron certificados.  Preparamos tres cócteles, uno con nutella ideal para acompañar un postre, otro con parchita muy rápido y fácil de elaborar y un coco mojito con crema de coco y yerbabuena, súper refrescante.


Coco mojito


Así deberían ser todos los sábados, diferentes y entretenidos.



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