Cuatro días en La Perla del Caribe

By Angelica - 05 septiembre

Este año, Emil y yo decidimos visitar Margarita juntos por primera vez para celebrar nuestro Aniversario.  


Siguiendo las recomendaciones de TripAdvisor para escoger la mejor posada, llegamos a StevieWonderLand, ganadora del certificado de excelencia de TripAdvisor en 2012 y 2013 y del premio "Travellers' Choice™ 2013" en la categoría de Hostales y Pensiones.

Como esta idea "sorpresa" se me ocurrió a principios de año, compramos pasajes y pagamos la estadía en Febrero.  También era clave alquilar un carrito, ya que los taxis en Margarita tienen fama de careros y nuestra idea era recorrer la isla hasta que se ocultara el sol.

Los tips viajeros:
  • Pasajes comprados por Internet en el portal de Láser, el regreso estuvo sin novedad, puntual y hasta ofrecieron un refrigerio (sobre la ida les cuento más tarde)
  • Alquilamos un Spark en Amigo's Car Rental vía Web.  Después de pedir cotizaciones en otras compañías y gracias a la recomendación de Yanys, nos pareció que esta ofrecía un modelo económico y los precios más bajos
Después de planificar nuestro itinerario con casi 6 meses de anticipación, el plan cambió justo 1 día antes cuando Juan M nos ofreció "la cola" en su avioneta.  Así que ya no nos íbamos por Maiquetía sino por el Aeropuerto Metropolitano de Caracas, el taxista nos cobró 550 Bs en lugar de 350 Bs (como nos habían dicho por teléfono) con la excusa de que "Charallave es más lejos" y emprendimos nuestro viaje de ida en una avioneta de lujo con Juan M (el piloto) y Rafa (el copiloto).  La experiencia fue genial y estuve tentada a creer que todo estuvo fríamente calculado por Emil y que no había sido una obra fortuita del destino.

Luego de un aterrizaje impecable en el Aeropuerto Santiago Mariño, sin hacer cola ni nada nos dirigimos a Amigo's a buscar nuestro carrito alquilado.  Nos atendió Patricia, una chica súper simpática que afortunadamente nos dio un par de mapas de la Isla ya que Emil había dejado en su mesita de noche el que compramos en Hanssi hace un par de semanas.

Nos pelamos la salida hacia El Yaque (primer cruce a mano izquierda cuando sales del Aeropuerto) y agarramos vía Porlamar.  Inmediatamente conseguimos un desvío a través de un caserío y como "preguntando se llega a Roma" nos ubicamos y llegamos al pueblito de El Yaque.

Llegandito te encuentras una alcabala de la Guardia Nacional, muchos restaurancitos, un par de estacionamientos públicos y un mural gigante de "El Yaque, Pueblo de Campeones", un inspirador documental filmado en este simpático poblado considerado como uno de los mejores  lugares a nivel mundial para practicar Windsurf y Kitesurf.

Para llegar a la casa de Stevie, debes cruzar a mano izquierda en la esquina del Hotel Oasis, seguir hasta llegar a la carretera de tierra y a tu derecha encontrarás el portón y la puerta principal de esta encantadora posada.

Nos recibió Mairelys, quien nos condujo a nuestra habitación.  Para nuestra sorpresa, ya no era la Habitación Caribe como se nos había indicado en aquel correo de confirmación recibido en Febrero... parece que hubo una pequeña confusión con las reservas y para no dejarnos sin dormitorio, Stevie nos prestó su propia morada.  Insólito, ¿no?

Stevie WonderLand
Una mega habitación de esquina, con dos camas matrimoniales, dos sofás, una hamaca, un TV gigante, nevera, un baño con dos lavamanos y muchas curiosidades más.  La habitación era espectacular y preferimos enfocarnos en el lado positivo (quedarnos en la mejor estancia de la posada) que en el pequeño error de olvidarse de nuestra reserva.

Desayuno del primer día
Desayuno del tercer día

Una vez instalados, agarramos carretera hacia Porlamar.  La idea era visitar a Davicito en el Hospital Luis Ortega, donde está cursando una de las materias del 3er. año de Medicina.  No lo veía desde Junio!! ansiaba este momento más que nada.

Recorrimos la Av. 4 de Mayo, dimos una vueltica por la Av. Santiago Mariño y cuando Davicito se desocupó, salimos a almorzar.

Para este viaje contamos con las recomendaciones del gastrónomo Fernando Escorcia y sus 101 imperdibles de Margarita (gracias a Katherine por el tweet), los datos súper curiosos de Yesi y el ranking de TripAdvisor.

Así que entre tantas recomendaciones y con la certeza de que comeríamos comida de mar, decidimos almorzar en Gaia Trattoria (bajando desde el C.C. Jumbo en la Av. 4 de Mayo). 

Nos pareció súper interesante que cada día varían el menú, los detalles del mar en la decoración, todo muy colorido y un ambiente bien agradable que nos invitó a degustar dos platillos de entrada: 1) Calamares Alla Siciliana, rellenos de parmesano, alcaparras, peperonccino, naranja, calamar, cebolla morada, salteado con tomate filetto y albahaca, 2) Tartare de atún aleta amarilla con olio di Sesamo, alcaparras, cebolla morada, salsa Worshestershire, cilantro, casabe tostado y ensaladita mixta.  

Calamares Alla Siciliana
Tartare de Atún

De platos fuertes, todos pedimos pastas: 1) Emil pidió unos Spaghettis normalitos con Vongole. frescos guacucos con aglio, olio y perejil, 2) Davicito pidió unas Campanitas (raviolis rellenos de hongos Porcini) bien cremosas con trozos de camarones y, 3) yo pedí un Tagliatelle Zarina con salmón ahumado, crema, flambeado con vodka y lluvia de caviar.  De postre, pedimos un Fondant de chocolate, que a mi parecer debió salir más caliente.

Spaghetti con Vongole
Campanitas
Tagliatelle Zarina

Me fascinó que la pasta era bien casera, fresca y hecha al momento, la textura estaba en su punto, simplemente al dente.  Otro dato de interés es que sirven 100 gramos en los platos de pasta y 200 gramos en los platos de pescado.  Me gustó que me lo dijeran.

Fondant de Chocolate

Pagamos 1.233 Bs entre los tres, incluyendo dos entradas, tres platos fuertes, un postre y cuatro jugos naturales.

De allí nos fuimos al Valle del Espíritu Santo, contemplamos la Basílica y saludamos a la Virgen del Valle.  Una parada impelable para los creyentes que visitan la Isla.

Basílica del Valle

Luego nos fuimos al Centro Comercial Costa Azul, el más nuevo y grande centro de entretenimiento y compras de la isla, incluyendo prestigiosas tiendas de marca, una amplia selección de restaurantes y cadenas de comida rápida, un bodegón de Sigo, supermercado, farmacias, gimnasio, próximamente un hotel con 170 habitaciones, su propia cadena de cine e interesantes exposiciones de arte.

Dejamos a Davicito en Porlamar y nos fuimos a alistar para nuestra cena de aniversario en Casa Caranta.  Llegamos a este sitio en búsqueda del restaurante más romántico de la isla.  Les recomiendo reservar por teléfono, ya que el lugar estaba repleto de comensales a nuestra llegada.

Casa Caranta está ubicado en la Avenida Principal de Pampatar (Maneiro), a mano izquierda, con una fachada colonial muy bonita y puestos de estacionamiento en plena calle.

Al llegar nos recibieron con una enorme sonrisa, validaron nuestra reservación y nos encaminaron hasta nuestra mesa donde casualmente estaban colgados unos cuadritos con "Fachadas típicas" de Venezuela del artista venezolano Angelo Vito.  Escribo "casualmente" porque las bellísimas perlas que Emil me había regalado unos minutos antes de salir al restaurante venían empacadas en una caja de madera con "Fachadas típicas" de Vito que él mismo compró en Caracas antes de viajar.  ¿Coincidencia?

Tuvimos el agrado de conocer a Gaby Ochoa, quien es la dueña y creadora de Casa Caranta.  Ella misma nos explicó la carta plato a plato con una energía increíble, derrochando pasión cuando habla de su cocina y el concepto que ofrece Casa Caranta.  Nos comentó que se trata de una "cocina de mercado local", ya que la carta varía con lo que llega cada día, es una maravillosa fusión de comida italiana con asiática, sin perder el gusto por los ingredientes típicos margariteños.

El ambiente estaba soberbio, suaves notas de guitarra nos enamoraban aún más del lugar.  Pedimos un espumante rosé, delicado, con burbujas muy finas, dulce en boca.

De entrada ordenamos unos Nems vietnamita, que eran una especie de lumpias con crunchy de vegetales y una combinación divina de ingredientes que no logré anotar, en un corazón de salsa roja servido especialmente para la ocasión.

Nems vietnamita

De plato fuerte, Emil pidió un colorido y fresco Banquete del Mar en salsa asiática y yo pedí un sublime Pargo a la Griega con queso de cabra que se derrite con la albahaca y un sedoso puré de plátanos.

Banquete del Mar
Pargo a la Griega
La comida estaba exquisita y para completar la degustación, pedimos de postre una generosa torta de guanabana que parecía tres leches con trozos de fruta, bien jugosa y deliciosa.

Torta de guanabana

¿La cuenta? 1.640 Bs, incluyendo una botella de vino, entrada, dos platos, un postre y una velada extraordinaria.

Al día siguiente, decidimos disfrutar de Playa El Yaque en la mañana.  Alquilamos un toldito con par de tumbonas donde un argentino bien amigable nos recibió con una sonrisa y un "Bienvenidos a El Yaque".  Definitivamente no me puedo quejar, en todos los lugares a donde fuimos, recibimos una atención de primera.

Playa El Yaque

Al mediodía arrancamos en el Spark hacia Playa El Agua y en el camino, hicimos una parada en Arte Senges, el refugio del artista caraqueño William Senges que viene "de donde las tradiciones eran el que hacer cotidiano, ahora duermen, son recuerdos que hoy plasma en su obra para despertarlos".

Casa Senges

Virgencitas
Compramos unas artesanías bellísimas y continuamos nuestro recorrido hacia Playa El Agua, pero antes... hicimos otra parada en Cachapera Guayamurí, sitio especialmente recomendado por Yesi, donde nos deleitamos con un par de cocadas divinas y refrescantes.

Cocadas en Cachapera Guayamurí

Una vez en Playa El Agua, constatamos que nunca falta el que te cuida el carro y te ofrece el servicio de toldos y sillas (igual que en El Yaque, a 150 Bs todo el día hasta las 6 pm).

Playa El Agua
Nos acomodamos frente al mar en esta hermosísima y muy frecuentada playa de arena blanca (y olas revoltosas para mi gusto).  Noté que la venta ambulante de jojotos da platica, todo el mundo compraba!! y la de obleas también vende lo suyo.  Nosotros aún medio llenos con la cocada, queríamos comer ceviche... así que Emil emprendió una caminata a lo largo de la playa en busca de un cevichero ambulante.  Por allá se encontró a Luis Salazar, con su carrito súper fino de "Tartar & Ceviche" donde prepara al momento curiosas presentaciones a base de distintos sabores como: tamarindo, parchita y piña.  Algo diferente a lo convencional, me sorprendió su creatividad.


Tartar & Ceviche

Ceviche de tamarindo y parchita
Lo bueno de Playa El Agua es que tienen muy buenos servicios, de hecho tienen duchas y todo.

De allí partimos hacia Juan Griego para contemplar el mejor atardecer del mundo.  Aunque la amenaza de lluvia pintó el cielo de un matiz de grises, nos llegamos hasta el Fortín y nos dejamos "engatusar" con el niñito que cuenta la historia y al final te dice con rima y demás "es hora de que te bajes de la mula, quiero mis cien Bolos". Allí estuvimos un ratico, tomamos un par de fotos en el pueblito y nos dirigimos hacia Pedro González, donde Esther nos esperaba en su casa para degustar un suculento almuerzo/cena.

Bahía La Galera

Atardecer en Juan Griego
La Casa de Esther es un maravilloso restaurante creado por la cocinera autodidácta margariteña Esther González, quien nos confesó que en su casa se comía muy bien y que su inspiración fue la comida de sus abuelos.

Fachada de La Casa de Esther

Hace poquito los de Caramelos de Cianuro estuvieron por allá, así que siendo uno de los mejores restaurantes de la isla, decidimos ir a conocerlo.

Cuando llamé para reservar, me atendió con una voz carismática y encantadora.  Es el trato que esperas de una excelente anfitriona, así que eso nos motivó aún más a visitarla en su hermosa casa colonial con arquitectura española, un patio interno y un hermoso jardín, flores recién cortadas en cada mesa, manteles de colores y ninguna modificación en su estructura original.

La nieta de Esther con su peculiar personalidad y sus 10 añitos, nos acompañó mientras Esther y su hija tomaron las riendas de la cocina.  El menú consta de diversos platos de Entradas, Cremas y Sopas, Ensaladas, Del Mar, De la Tierra, Postres de la casa, jugos naturales y vino.

En la entrevista informal que le hicimos, averiguamos que se apega a lo tradicional aunque su comida es contemporánea, son sabores de la Isla presentados de una forma diferente.  También nos dijo que le encantan los colores, sabores y olores y definitivamente quedó demostrado en la vehemencia con la que nos explicó la carta.

Por ser nuestra primera visita, nos recomendó de entrada unos espectaculares Tequeños a la Esther, elaborados con una fina masa de batata y plátano maduro, rellenos con queso y acompañados de chutney de papelón y jenjibre.  Como en la zona cultivan batata y yuca, "hay que trabajar con los ingredientes que hay".

Tequeños a la Esther
Emil pidió como plato fuerte un Filete con un corte impecable, en salsa ahumada de erizos y vieiras con un toque de vino blanco, tomillo y puerros.  Yo pedí un glorioso Filete glaseado con chile y ron, bañado en salsa de cambur.  Ambos platos vinieron acompañados de un arroz fragante con cúrcuma y canela y una sorprendente ensalada de plátano verde que estaba divina.

Filete en salsa ahumada de erizos y vieiras

Filete glaseado con chile y ron

Emil se tomó un riquísimo jugo natural de mango con parchita y yo pedí una copita de vino blanco en maridaje con la comida.

Nos quedamos con el antojo de pedir unas Bananas glaseadas con helado de papelón con limón, pero es que si las pedíamos era por gula.  Así que cerramos con un guayoyito por la casa y pedimos la cuenta.  La única advertencia que puedo hacerles es que lleven efectivo, porque Esther no tiene punto de venta.  Afortunadamente la cuenta salió en 719,95 Bs, así que no fue necesario que nos quedáramos lavando los platos.

Caída la noche, regresamos a la posada para descansar y prepararnos para nuestra aventura de Sábado por la mañana.

Cuadramos con Stevie un full day a Cubagua y para ello, él contactó a Island Explorer.  El paseo costó 650 Bs por persona y lo que más caro nos pareció fue la venta del CD con nuestras fotos por un costo de 400 Bs.  

Como teníamos que buscar a David en Porlamar, hicimos una parada táctica en Conejeros y nos comimos unas empanadas.  Probamos las de cazón en La Flor de la Cayena (12 Bs c/u) y yo maté el antojo de comerme una empanada de pabellón margariteño en el puestico Mis Nietas donde llegamos buscando la empanada de camarón (36 Bs c/u).  También nos tomamos cada uno, un vaso gigante con todo y ñapa del ingenioso batido llamado "Er Red Bull Margariteño" a base de fresas, mora, tomate de árbol, guayaba y parchita en El Rey de los Jugos Balleyo.

La Flor de la Cayena

Balleyo

Empanada de Pabellón margariteño

Nos buscaron en una van en la posada tipo 8:30 am y partimos hacia Punta Piedras, de allí salimos en un catamarán con destino a Cubagua.  El viaje incluía un par de snacks (galletas en la mañana y frutas en la tarde), refrescos, cervezas y de almuerzo "carne de pelícano" (o al menos fue lo que nos dijeron que era), pasta, pan y ensalada.  Aparte tienes que pagar los 13 Bs de la tasa aeroportuaria de salida.

Rumbo a Cubagua
La primera parada fue para hacer snorkeling.  Lamentablemente por el palo de agua del día anterior, el agua estaba turbia y no pudimos ver muchos peces y vida marina.

Catamarán Island Explorer
De allí nos fuimos a tomar un relajante y divertido baño de barro, donde un curioso pozo que recoge agua dulce y agua de mar contiene un banco de lodo con propiedades terapéuticas para la piel.  Fue lo mejor del paseo, nos cubrimos con este lodo de pies a cabeza y nos tomaron fotos súper cómicas (como no dejaban bajar la cámara, he allí la excusa para vender el CD a 400 Bs).  Una sensación única.

Baños de lodo
Una vez seco el barro, nos echamos un baño en la playita de color turquesa, almorzamos en el catamarán y finalmente hicimos una parada en una playa que según ellos es muy parecida a Los Roques.  Para mi, luego de haber ido a Los Roques, no hay punto de comparación.  De todas formas, la playa estaba bonita y pasamos un rato bien agradable.

Regresamos a nuestra posada y de allí agarramos el carro y nos fuimos a Pampatar.  Nos llegamos al Faro de Punta Ballena, recorrimos el Castillo San Carlos de Borromeo y merendamos en Keik Cupcakes un atrevido ponquecito (tienen sabores sorprendentes) y el mejor moccacino del mundo.

Vista desde Faro de Punta Ballena

Castillo de Pampatar

El mejor Mocaccino del mundo

Cheese Keik
Luego de echarnos una arreglaíta, nos fuimos a Bora Bora donde habíamos reservado para cenar a las 9:30 pm.  Lo mejor de lo que comimos fueron las Cestitas Margariteñas de mero gratinadas y servidas con melao de papelón.  Yo pedí un Mero Bora Bora un poco ardiente y los muchachos compartieron un Asopao de mariscos.  De postre pedimos una tarta de manzana calientita con helado de vainilla.

Cesticas margariteñas
Mero Bora Bora
Asopao de mariscos
Tarta de manzanas
La musiquita se empezó a poner buena tipo 11:30 pm, ya que la cocina del restaurante cierra a las 11 pm.  El ambiente me fascinó, con la Marina del Concorde de fondo, la brisa del mar, las luces azules y la vibra de la gente.  Luego de echar un pie, cantar a todo gañote cuanta canción sonara y tomarnos unos deliciosos mojitos y piñas coladas, decidimos irnos tipo 2 am porque ya estábamos cansados después de un largo día.  La cuenta salió como en 1.400 Bs incluyendo entrada, platos fuertes, postre y tragos para tres.

Y así llegó el domingo en la mañana... luego de desayunar en la posada, decidimos ir a la Bahía de Pedro González o Playa Zaragoza.  Nos fuimos por la vía de San Juan Bautista que es mucho más rural que la de Tacuantar.

Playa Zaragoza

Llegamos al Boulevard, súper pintoresco y muy bien mantenido, con mesitas bajo los árboles, fachadas de colores vivos y música.  La playita estaba rica, tranquila y con olas muy serenas y en el fondo un Faro vigilando a los pescadores.

Boulevard de Pedro González
Como nunca falta quien te ofrezca los tolditos, nos recibió Gustavo (mejor conocido como "Chocolate") a quien le planteamos que nos alquilara las sillas por horas ya que debíamos volver pronto al aeropuerto.  Muy amable nos dijo "mi esposa prepara unas piñas coladas sabrosas y en su puesto tiene dos sillas que les puedo prestar sin problema, no vale la pena que gasten plata por no dejar".  Y así fue, nos tomamos unas piñas coladas divinas, con un toque de leche condensada y si me la hubiesen servido dentro de la piña sería la mejor que me he tomado en mi vida.

Disfrutamos un rato de la playa y volvimos por la vía expresa de Tacuantar.  Un avión nos esperaba y una maleta con sobrepeso por tan extraordinarios recuerdos.

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4 comentarios

  1. Todo se ve delicioso y el paseo sabroso! Que bueno que la pasaran tan bien :-D y gracias por la reseña jejeje.. Kat ;)

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  2. Se las envie a mis familiares que pronto van a la Isla. Esta genial tu blog y esta entrada en especial.

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    1. Qué fino Rai, que me leas y que te parezcan útiles mis recomendaciones!! ojalá tu familia disfrute de nuestra hermosísima isla!! besos!

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