"Su cita en La Cita" es el lema de este restaurante de origen Vasco que tiene toda la vida en la Esquina de Alcabala en La Candelaria.
Si bien es cierto que esta zona de Caracas confina muchos restaurantes clásicos, La Cita es un "lugar de encuentro de exigentes paladares", tradición española por muchísimos años.
El sitio estaba repleto ese sábado aproximadamente a las 2 de la tarde. Sin embargo, la espera fue de menos de media hora y conseguimos una mesa en el pasillo más bullicioso del restaurante. Había tanta bulla que Emil me mostró el nuevo video de moda (Peter La Anguila) en Youtube y no escuché la música a pesar de que tenía el celular en máximo volumen.
Un dibujo de El Café por la Noche de Vincent Van Gogh adornaba la tapa del menú. Me pareció encantador que usaran esta hermosa pintura y describieran la historia de La Cita en la parte de atrás de la carta.
Con el afán de hacer una degustación completa, decidimos ordenar una entrada. Las sugerencias del chef son dos páginas en letricas chiquiticas, así que teníamos sopas y cremas para escoger (La Fosforera cuesta 164,70 Bs), ensaladas (la César cuesta 170,80 Bs), tortilla española y de otros tipos (85,40 Bs), empanada gallega de pollo (85,40 Bs) y de bacalao (134,20 Bs), el plato de jamón serrano y manchego (311,10 Bs), jamón ibérico (622,20 Bs), croquetas (134,20 Bs), chistorras (158,60 Bs), gambas (262,30 Bs), cebiche de mero (231,80 Bs) y cualquier cantidad de tapas para todos los gustos y presupuestos.
El mesonero nos recomendó entre otras entradas, el pulpo a la gallega y si hubiese sabido que costaba 286,70 Bs hubiese preferido el pastel de mero recomendado por Emil por 201,30 Bs. Digamos que nos dejamos envolver por la sugerencia del señor.
Enseguida nos trajeron una cestica con pan y mantequilla. Eran como dos panes grandes, picados en rodajas. Demasiado para Emil y para mi, y más porque pedimos la entrada que en cualquier momento llegaría.
Ante la tentación del pan, sólo comimos una rodaja cada uno y cuando llegó el pulpo vino acompañado de papas con curry. Tenía buen sabor, pero no es mi molusco favorito. De hecho, estoy casi segura de que Ricardo opinaría que es un plato exquisito pero la verdad a mi me dio igual. Lo pedimos, por probar algo distinto.
De platos principales, tienen carnes a la parrilla (que oscilan entre 213,50 y 384,30 Bs), asopado hortelano (463,60 Bs), pescados de todo tipo (el bacalao cuesta 353,80 Bs), fabada asturiana (170,80 Bs), conejo (231,80 Bs), ternera, risotto, paella y sirven hasta pasticho.
Nos provocó un arroz a la marinera (585,60 Bs), y fue la mejor elección que pudimos haber
tomado. Estaba sueltecito, repleto de mariscos de todo tipo, con un sabor insuperable, puedo decir que el mejor que he probado hasta ahora (comparado con el de Atlántico en Galerías Sebucán, el del Mesón de Los Ruices, el de Don Tello en Cataño Puerto Rico y quien sabe cual otro que ya ni recuerdo).
A pesar de que la ración era para dos personas, sobró una bandeja enorme de las de aluminio que vienen con su tapa. Pedimos para llevar, al igual que el 75% del plato de pulpo que no nos comimos.
Quedamos súper llenos y aunque le habíamos echado el ojo al Tocinillo del Cielo (56,12 Bs), decidimos no pedirlo para no encarecer aún más la cuenta (tampoco quisimos pedir bebidas alcohólicas, más bien nos tomamos unos fruit punch sin alcohol). El total fue de 1029 Bs más la propina.
Definitivamente un sitio costoso, quizás valdría la pena ir en grupo, pedir varias tapas o compartir una paella para dos entre tres o cuatro.
¿Una sugerencia? Llegarse en metro o en taxi. El estacionamiento que ellos ofrecen es bastante limitado y en la calle es bien difícil conseguir por ahí cerca. Nosotros nos estacionamos en Galerías Ávila y caminamos un pedacito por debajo del puente.
¿Qué mejoraría del restaurante? Los baños. Estaban súper sucios y las papeleras repletas de basura. Vi muchísimos mesoneros y la atención realmente es buena y rápida, quizás deberían incrementar su personal de mantenimiento y limpiar los baños con mayor frecuencia durante el día.
Si bien es cierto que esta zona de Caracas confina muchos restaurantes clásicos, La Cita es un "lugar de encuentro de exigentes paladares", tradición española por muchísimos años.
El sitio estaba repleto ese sábado aproximadamente a las 2 de la tarde. Sin embargo, la espera fue de menos de media hora y conseguimos una mesa en el pasillo más bullicioso del restaurante. Había tanta bulla que Emil me mostró el nuevo video de moda (Peter La Anguila) en Youtube y no escuché la música a pesar de que tenía el celular en máximo volumen.
Un dibujo de El Café por la Noche de Vincent Van Gogh adornaba la tapa del menú. Me pareció encantador que usaran esta hermosa pintura y describieran la historia de La Cita en la parte de atrás de la carta.
Con el afán de hacer una degustación completa, decidimos ordenar una entrada. Las sugerencias del chef son dos páginas en letricas chiquiticas, así que teníamos sopas y cremas para escoger (La Fosforera cuesta 164,70 Bs), ensaladas (la César cuesta 170,80 Bs), tortilla española y de otros tipos (85,40 Bs), empanada gallega de pollo (85,40 Bs) y de bacalao (134,20 Bs), el plato de jamón serrano y manchego (311,10 Bs), jamón ibérico (622,20 Bs), croquetas (134,20 Bs), chistorras (158,60 Bs), gambas (262,30 Bs), cebiche de mero (231,80 Bs) y cualquier cantidad de tapas para todos los gustos y presupuestos.
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| Foto por Brida |
Enseguida nos trajeron una cestica con pan y mantequilla. Eran como dos panes grandes, picados en rodajas. Demasiado para Emil y para mi, y más porque pedimos la entrada que en cualquier momento llegaría.
Ante la tentación del pan, sólo comimos una rodaja cada uno y cuando llegó el pulpo vino acompañado de papas con curry. Tenía buen sabor, pero no es mi molusco favorito. De hecho, estoy casi segura de que Ricardo opinaría que es un plato exquisito pero la verdad a mi me dio igual. Lo pedimos, por probar algo distinto.
De platos principales, tienen carnes a la parrilla (que oscilan entre 213,50 y 384,30 Bs), asopado hortelano (463,60 Bs), pescados de todo tipo (el bacalao cuesta 353,80 Bs), fabada asturiana (170,80 Bs), conejo (231,80 Bs), ternera, risotto, paella y sirven hasta pasticho.
Nos provocó un arroz a la marinera (585,60 Bs), y fue la mejor elección que pudimos haber
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| Foto por Brida |
A pesar de que la ración era para dos personas, sobró una bandeja enorme de las de aluminio que vienen con su tapa. Pedimos para llevar, al igual que el 75% del plato de pulpo que no nos comimos.
Quedamos súper llenos y aunque le habíamos echado el ojo al Tocinillo del Cielo (56,12 Bs), decidimos no pedirlo para no encarecer aún más la cuenta (tampoco quisimos pedir bebidas alcohólicas, más bien nos tomamos unos fruit punch sin alcohol). El total fue de 1029 Bs más la propina.
Definitivamente un sitio costoso, quizás valdría la pena ir en grupo, pedir varias tapas o compartir una paella para dos entre tres o cuatro.
¿Una sugerencia? Llegarse en metro o en taxi. El estacionamiento que ellos ofrecen es bastante limitado y en la calle es bien difícil conseguir por ahí cerca. Nosotros nos estacionamos en Galerías Ávila y caminamos un pedacito por debajo del puente.
¿Qué mejoraría del restaurante? Los baños. Estaban súper sucios y las papeleras repletas de basura. Vi muchísimos mesoneros y la atención realmente es buena y rápida, quizás deberían incrementar su personal de mantenimiento y limpiar los baños con mayor frecuencia durante el día.
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