Como quien busca un trozo de "Entrecôte" en El Hatillo

By Angelica - 26 noviembre

Domingo en la tarde, excelente ocasión para ir a almorzar a El Hatillo.

Sólo que habíamos desayunado tipo 8:30 am, veníamos rodando desde Chichiriviche con escala en San Joaquín y Emil sólo pensaba en los trozos de lomito al ajonjolí termino medio que habíamos comido hace un par de noches.

Por asociación, a Emil se le ocurrió que quería comer "Entrecôte" y comenzó a buscar en internet sitios para comer este jugoso trozo de carne intercostal en Caracas.

En un blog alguien escribió que en el sitio suizo del Piso 5 del CC del Hatillo se había comido un "Entrecôte" delicioso.  Así que entrando a Caracas, subimos por Sartenejas y paramos para almorzar en El Hatillo.


Foto por Brida
Caminamos desde el único estacionamiento del pueblo hasta el centro comercial.  Realmente queríamos buscar una opción en el pueblo... se nos ocurrió Bananas, pero nos interesaba probar algo nuevo.  Fuimos a un par de restaurantes, algunos cerrados, otros con mesas vacías (una vez aprendí que si un sitio está vacío, es muy probable que no sea tan bueno).  Así que finalmente, decidimos ir por el "Entrecôte" al Piso 5 del CC.

Para nuestra sorpresa... ya el sitio suizo no estaba!! Ahora tienen un sitio de hamburguesas, el de sushi, uno peruano y uno que espera por inauguración.  Frustrados (y hambrientos), decidimos regresar al pueblo y ver qué comer.

Emil se acordó de un sitio cerca de la plaza y decidimos intentarlo.  El Regio Rest & Wine, con paredes en color marrón, ladrillitos, techo alto, lámparas atrevidas, flores recién cortadas (me encanta ese estilo, al igual que en Hajillo's) y lo más importante... una mesa con tres comensales de tercera edad, muy satisfechos por la comida.

Para calmar nuestra ansiedad, nos trajeron unos pancitos bien ocurrentes "hechos en casa": pan de pimentón y pan de caramelo y almendras, aceite de oliva y parmesano.  Muy ricos.


Foto por Brida
Estábamos sedientos y aunque el sitio es mediterráneo, nos atrevimos a pedir mojitos.  No aparecen en la carta, pero nuestra amable anfitriona nos comentó con una sonrisa "se los puedo preparar".  Tristemente no tenían yerbabuena, así que en su lugar nos ofreció daiquirí de fresa.  Súper refrescante.

Cuando detallamos el menú, no podíamos creer que uno de los platos principales de la carta era el "Entrecôte" y Emil no vaciló en ordenarlo.  No se mucho de eso, pero parece que se come con papas fritas.  Como segundo contorno le ofrecieron una ensaladita con aderezo de miel mostaza.


Foto por Brida
En mi caso, escogí la especialidad de la casa.  Lomito al Regio, acompañado con ratatouille y trío de puré.  El lomito estaba súper jugoso, venía enrollado con queso y jamón serrano.  El ratatouille suculento, colorido, me encantó.  Y el trío de puré, venía con el clásico de papas, puré con un toque de albahacas y el de batatas rojas.  La textura estaba suave, sin grumos, deliciosa.  Y el contraste de sabores, muy interesante.

Aunque las porciones fueron generosas, siempre hay espacio para el postre.  Ordenamos un fondant de chocolate, el clásico que pedimos en nuestra primera cita en Oceánico.

Llegó calientito, con helado de vainilla y una explosión de chocolate bien espeso.  La vida es dulce, nunca dejaré de decirlo.

Barriga llena, corazón contento.  Pedimos la cuenta y no fue tan ruda como esperaba.  El Regio resultó más accesible que Hajillo's.  Tomamos cócteles con alcohol, pedimos dos de los platos más costosos de la carta y para completar, comimos postre!!  La cuenta salió en no más de 660 Bs.


Foto por Brida
La atención súper esmerada, la chef se dejó ver por el ventanal de la cocina, la comida estuvo divina y el ambiente bien íntimo.  Solían tener saxofonista pero cuando preguntamos nos dijeron que el Sr. estaba enfermo y que por ahora sólo tienen kareoke.

¿Volvería? Definitivamente sí.

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